Tener un plan, en cualquier aspecto de la vida, es anticiparnos ante una situación buscando actuar de la mejor forma posible. Lo opuesto al plan es la espontaneidad, responder de acuerdo a los primeros impulsos. Esto puede ser muy complejo en escenarios de emergencia donde el estrés y el pánico son protagonistas, siendo que no hay un real control de la situación.

Un equipo deportivo idea un plan antes de competir, para afrontar las posibles situaciones que se presenten, de esta manera que las emociones del momento, como puede ser la frustración, no los comprometa el resto de la competencia. De igual manera, un plan de evacuación permite adelantarnos ante una situación de emergencia, sabiendo cómo actuar para salir ilesos; sin influenciarnos por miedos entre otros sentimientos que puedan aparecer.
LA VIDA EN JUEGO
Aunque pueda sonar dramático, la realidad es que muchos eventos de incendio, desafortunadamente, terminan con la vida de muchas personas. A veces por falta de seguridad en los edificios, y otras veces por falta de información, falta de capacitación y simulacros.
Usualmente nos resguardamos en la frase “eso nunca pasa”, y miramos para otro lado. Pero debemos saber que somos responsables por cuidar de nuestra vida y la de aquellos que nos acompañan, ya que pueden verse afectados o favorecidos por nuestras acciones.
PERMITE CONTROLAR LAS PRIMERAS REACCIONES
El plan de evacuación tiene por objetivo principal, indicar las principales acciones de los habitantes o usuarios de la edificación, donde cada uno tiene sus particularidades en cuanto a los riesgos, la arquitectura, y el tipo de usuario.
Una industria, un hospital, un hotel o un edificio de vivienda, tienen diferentes características en estos aspectos. En el primer caso pueden existir riesgos especiales; en el segundo, los pacientes pueden depender del personal para evacuar; y en el tercero y cuarto, las personas pueden estar dormidas o no conocer el lugar.
El plan de evacuación diseñado específicamente para el edificio en cuestión, define las tareas y los modos de actuación frente a un evento, buscando evitar las primeras reacciones impulsivas que suelen ser incorrectas dado que la persona no puede razonar con claridad por el nerviosismo y estrés que enfrenta.
Nada genera más pánico que el no saber qué hacer, y es por esto que las instancias de simulacro generan la experiencia para que, ante un evento real, sea automático el modo de actuar correcto.
GENERA CULTURA EN SEGURIDAD CONTRA INCENDIOS
Suele suceder, que edificios son perfectamente seguros en cuanto a sus medidas de protección contra incendio; a la cantidad, capacidad y ubicación de las salidas, y sin embargo, ante un evento, hay accidentes ¿Por qué?
La razón principal es que de nada sirve una salida que nadie sabe donde se encuentra, ni hacia dónde va, o que está bloqueada; o un extintor portátil si nadie sabe como utilizarlo. Al capacitar, las personas comienzan a ser conscientes de todas las medidas que lo protegen y empiezan a pensar con lógica y no de acuerdo a sus impulsos.
Es importante saber cómo se desarrolla un incendio, cuánto tiempo se tiene, cuándo es posible o no intentar combatirlo, por dónde es preferible evacuar. Para ello se debe ir a lo más básico: cómo se genera el fuego, qué gravedad representan los materiales del entorno, cómo puedo prevenir algunos eventos.
ACTUAR DE FORMA COOPERATIVA
Análisis del comportamiento humano demostraron dos conductas ante una emergencia que juegan un rol importante en una evacuación.
El comportamiento competitivo, es aquel en el que las personas "compiten" por evacuar y salir primeros del edificio. Y sabemos que en un grupo donde todos tienen esa mentalidad, lo que va a provocar es un embudo en la puerta, y serán unos pocos los que logren efectivamente salir.
El comportamiento cooperativo, permite una evacuación completamente ordenada y rápida, donde cada uno contribuye a su evacuación y de las restantes personas.
Para lograr esto, es imprescindible buscar la calma y tranquilidad de las personas, siendo fundamental para ello que exista un plan y que el mismo sea conocido por todos.
FACILITARLE EL TRABAJO A LOS BOMBEROS
Muchas veces, solemos pensar que ayudamos, y a pesar de nuestras buenas intenciones, podemos estar entorpeciendo una emergencia.
Al intentar combatir un incendio cuando no fuimos capacitados para ello, podemos ponernos en peligro, y la frustración de no lograrlo aumenta nuestro estado de estrés, provocando que las decisiones a continuación sean cada vez menos acertadas.
Volver a ingresar al edificio en busca de objetos personales, seguramente finalice con que dicha persona requiera su rescate por parte de bomberos. Por el contrario, si se sigue el plan de evacuación y todos logran salir del edificio, los bomberos solo deben preocuparse por control el fuego lo antes posible para evitar mayores daños materiales.
Al fin y al cabo, como todo en la vida, con conocimiento y prevención, los resultado son mejores. Desarrollar un plan de evacuación una vez y luego ponerlo en práctica año a año, puede significar la vida de muchas personas. Todos somos responsables de nuestra seguridad y la de los demás, y el plan de evacuación es el método por excelencia para proteger vidas humanas.
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